COOPERATIVA

miércoles, 14 de marzo de 2018

ROMANCE DE UN CASTILLO VIEJO



Narrador I:
A cuatro leguas de Pinto
y treinta de Marmolejo
existe un castillo viejo
que edificó Chindasvinto.
Lo habitaba un gran señor
algo feudal y algo bruto
que llamaba Sisebuto
a su esposa Leonor;
Hermenegilda su hermana
y su cuñado Vitelio
y una hija que tenía
que atendía por Mariana
y su hijo mayor Rogelio.
Era noche de invierno
noche cruel y espantosa
noche de infierno.


Pepa:
Y ahora hablemos del amor
que nuestras almas disloca:
yo te quiero como loca

Lisandro:
yo te quiero como un niño,
mi amor radica en locura

Pepa
el mío es un arrebato,
si te vas, me mato,

Lisandro:
si me olvidas me hago cura.
Pepa:
¿cura has dicho?
no digas esa palabra
en jamás de los jamases,
hija soy de Sisebuto
desde mi más tierna infancia
y aunque es mucha mi arrogancia
y aunque mi padre es un bruto,
y aunque sé a lo que me expongo,
huyamos los dos al Congo
a ocultar nuestros amores.

Narrador II:
En un gótico salón
dormitaba Sisebuto,
y un lebrel seco y enjuto
roncaba en el portalón.
Galopando en un corcel
de color verde botella
raudo como una centella
llega a palacio un doncel.
Las ropas trae empapadas
por efecto de las aguas,
como no lleva paraguas
llega el pobre hecho una sopa.
Cruza el foso, salta el muro
la puerta está cerrada,

Narrador IV:
Más en esto,
tras una puerta simulada,
entra el conde,
luego el can,
luego nadie,
luego nada.

Conde:
¡Hija infame!
¿Qué haces con este señor?
¿Dónde has dejado mi honor?
¿dónde, dónde?
¿dónde, dónde?
¿en la mesa, en la mesilla?
¿o quizás bajo una silla?
Lisandro:
¿Se habrá dormido mi amada?

Narrador III.
Pero en esto algo que resbala
nota sobre su cabeza
alza la mano y tropieza
con una punta de escala.
Sube que sube que sube,
trepa que trepa que trepa,
cae en manos de un querubín;
la hija del conde … ¡La Pepa!
En lujoso camarín
introduce a su adorado
y al notar que está mojado
lo seca bien con serrín

Narrador V:
Y sacándose un puñal duro,
flamante y certero,
introduce el fino acero
junto a la espina dorsal.
El joven, naturalmente,
la diña como un conejo,
ella frunció el entrecejo
y enloqueció de repente.
El conde también quedó loco
a resultas del espanto,
el perro … no diré tanto,
pero le faltó muy poco.
Pepa:
¿Qué sientes Lisandro amado?
¿Qué sientes Lisandro mío?
¿No sientes nada a mi lado?

Narrador VI:
Y aquí se acaba la historia
horrible y espeluznante,
horrible, escalofriante,
de aquel castillo tan viejo
que edificó Chindasvinto
a cuatro leguas de Pinto
y treinta de Marmolejo.

Lisandro:
Siento frío.

Pepa:
¿Frío has dicho?
eso me espanta
¿Frío has dicho?
eso me inquieta
no llevarás camiseta,
pues toma, ponte esta manta …

Narrador III:
y le da una servilleta.

3 comentarios:

  1. ¿QUÉ ES ESTE ROMANCE?
    ¿QUÉ HACE EN NUESTRO BLOG?
    ¿PARA QUE VA A SERVIR?

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  2. Creo que esta para lo que vamos a hacer de la jornada de poesía

    Para conocer algo más sobre los romances

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  3. Para la jornada de poesía
    Para saber si estamos atentos en clase

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